“El día que una
mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma
sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella,
como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal”.
Simone Lucie
Ernestine Marie Bertrand de Beauvoir (París, 9 de enero de 1908-14 de abril de
1986) fue filósofa, profesora, escritora y activista feminista francesa,
prolífica autora de novelas, ensayos, biografías y tesis. Enmarcada en la
corriente filosófica del existencialismo, su obra “El segundo sexo” es
considerado como un clásico ineludible en la historia del feminismo. Escrita
entre 1946 y 1949, la obra que en el momento de su publicación generó un gran
escándalo, es considerada como un punto intermedio entre el movimiento
sufragista y el feminismo radical de los años setenta, ya que Beauvoir hace con
ella el paso de la vindicación a la descripción de la condición femenina.
Su pareja fue el
filósofo Jean-Paul Sartre, junto con quien fundó la revista “Les temps modernes”,
un referente cultural y político del pensamiento francés de la segunda mitad
del siglo XX.
Participó
activamente en la defensa de los derechos de las mujeres, en especial en la
legalización del aborto en Francia. Fue una de las redactoras del Manifiesto de
las 343 en el que, junto con otras mujeres, afirmaba haber practicado el
aborto, exponiéndose a enfrentar procesos penales.
Se pregunta «¿qué
es una mujer?» y, con su célebre frase “nadie nace mujer": se llega a serlo”,
afirma que no existe coincidencia entre la identidad natural y la de género
(términos que serán acuñados posteriormente). Beauvoir advierte que la
feminidad no debe considerarse un hecho determinado por la realidad biológica u
orgánica, sino que debe entenderse como una construcción social.
Recurriendo a la
historia, la antropología, la literatura y a los más diversos conocimientos
científicos, a lo largo de El Segundo sexo constata que las mujeres son
definidas desde una perspectiva masculina que se reserva para sí misma el
estatuto de la universalidad, de la trascendencia, identificando la feminidad
con la esfera corporal, con lo particular, con lo dado. En la relación entre
los dos sexos, el hombre se perfila como el sujeto y la mujer como el objeto,
de modo que lo femenino emerge como algo diferente de lo humano, algo a lo que
no se tiene acceso: lo femenino siempre es lo otro. Pero se trata de un otro
absoluto, no recíproco. Es decir: a diferencia de otras relaciones de
alteridad, en la relación entre los dos sexos no es posible la reciprocidad
porque la mujer, para ser definida, requiere el supuesto ser esencial: el
hombre
Simone de
Beauvoir no se autoproclamó feminista hasta años después de haber escrito el
"El segundo sexo". Más tarde, en 1963, Simone de Beauvoir definió: “el
feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente".
(Fuentes: Seminari
Filosofìa i Gènere / wikipedia).